La
cola de caballo (Equisetum Sp.) es un remedio muy efectivo para
afecciones de la piel, cortar hemorragias, cicatrizar heridas, depurar
y remineralizar el organismo.
Descripción:
La
cola de caballo es una planta perenne. En invierno, su color es
pardusco y el tallo estéril, culmina en una espiga repleta de esporas.
En verano, el tallo es de color verde estriado con nudos circulares de
los que surgen frágiles ramitas segmentadas. Prospera sobre suelos
arcillosos, en terrenos húmedos, nunca muy lejos del agua, desde
márgenes de ríos y arroyos a campos encharcados y en torno a
pastizales.
Recolección y conservación:
Los tallos y las hojas se recolectan a finales de verano. Se secan en
manojos colgados a la sombra y se suelen conservar en bolsitas
selladas. Exhalan un agradable aroma que recuerda al de la manzanilla.
Propiedades:
Por su composición y principios activos (saponósidos, taninos,
flavonoides, alcaloides y sales minerales -sobre todo sílice y potasio-
y vitamina C) tiene acción antihemorrágica, cicatrizante, antifúngica,
diurética, astringente y remineralizante.
El gran secreto de la
cola de caballo es su contenido en sílice,
sustancia que se asocia a los procesos de crecimiento, y que está
presente tanto en los pulmones, cerebro, hígado y músculos, como
también en las uñas, pelo, piel y tejido conjuntivo.
Gracias a su contenido en sílice y potasio, se revela como un excelente
diurético, indicado en afecciones renales e inflamaciones de la vejiga
urinaria y de la próstata, y para quienes tienen la necesidad de
aumentar la cantidad de orina por tener tendencia a retener líquidos.
Al limpiar las vías urinarias (acción detoxificante), contribuye a
depurar la sangre y a larga reduce ciertas afecciones de la piel. Por
ello está muy indicada en caso de eccemas y herpes, así como en hongos
de la piel.
Indicaciones:
Heridas sangrantes, hemorragias nasales, erupciones y úlceras cutáneas,
inflamaciones bucales, conjunjivitis, faringitis, torceduras,
fracturas, osteoporosis, astrosis, hemorroides, varices, dolores
menstruales, trastornos urinarios como cistitis (infección de orina),
uretritis y problemas de próstata, edema, hipertensión arterial y
piedras en el riñón.
Precauciones:
Se debe evitar su empleo en caso de que exista irrritación de la mucosa
gástrica y no es recomendable su consumo en embarazadas ni durante el
periodo de la lactancia.
Plantas con las que combina:
calaguala, bardana, saponaria, zarzaparrilla, oreja de oso, nogal,
lavanda, manzanilla, tomillo, caléndula, milenrama, ulmaria,
harpagofito, consuelda, zarzamora, bolsa de pastor, ciprés, anís y
linaza."
Fuente: consumer.es